Participamos en la organización del Geolodía 2018 en Valtierra (Navarra). Explicaremos los rasgos geológicos y geomorfológicos más destacados de la ribera navarra; un paisaje fluvial con unas características únicas en la península por su extensión, continuidad y diversidad. Invitamos a todos los aficionados a la geología y a nuestros paisajes, y amantes de la naturaleza en general, a acompañarnos a disfrutar del Geolodía en Valtierra el próximo 12 de mayo. Os adelantamos un breve relato, en clave divulgativa, de los que vamos a ver.

El territorio fluvial

En la última parada nos asomamos a un mirador con una vista privilegiada de la ribera de Navarra en Valtierra. Se trata de una panorámica fundamentalmente agrícola sobre la que vamos a centrar nuestra atención en el protagonista de este paisaje, el río Ebro, arquitecto de la morfología de esta comarca, enclave de hábitats y biodiversidad, y creador de una amplia llanura aluvial de tierras muy fértiles sobre las que se desarrolla una intensa actividad agrícola y agroindustrial que ha supuesto desde hace siglos un irremplazable motor de desarrollo socioeconómico de la ribera de Navarra.

Denominamos territorio fluvial a todo el ámbito geográfico ocupado por el cauce del Ebro, sus riberas y la llanura de inundación. Esta última abarca todo el espacio que es ocupado por las crecidas del Ebro que se suceden con relativa frecuencia (bajos periodos de retorno en la jerga hidrológica). El territorio fluvial navarro, en continuidad con el de la Rioja Baja al oeste y la Ribera Alta aragonesa al este, abarca un espacio con anchura y continuidad suficiente para albergar una dinámica fluvial y, como consecuencia, una diversidad fluvial única en la península, y entre las más destacables de Europa.

 

Algunos datos relevantes: la pendiente media del Ebro en este tramo es de 0,7 m/km. El índice de sinuosidad de 1.5 (relación entre la distancia que separa dos puntos siguiendo el cauce y la distancia en línea recta). La anchura media de la llanura de inundación en el tramo medio del Ebro es de 3,2 km; en Valtierra es de 5 km y llega a alcanzar una anchura máxima en Zaragoza de 6 km. El espesor de los sedimentos aluviales (o acarreos depositados por el río) puede alcanzar varias decenas de metros, formados fundamentalmente por gravas, arenas y arcillas.

Bajo este manto aluvial que conforma el corredor fluvial, existe una formación de arcillas y yesos, básicamente los mismos que hemos visto en las paradas anteriores (Yesos de Los Arcos, de edad Ageniense, hace unos 23-28 Ma) que conforman el escarpe de la margen izquierda sobre los que se sitúa el mirador en el que nos localizamos.

 

Corte geológico de Valtierra (Mapa geológico de Navarra, 1:25000. Hoja 244-IV Arguedas)

Estos yesos forman parte de una potente serie del Oligoceno y Mioceno (desde 34 Ma hasta unos 7 Ma), que se depositaron en un ambiente endorreico (de lagos interiores). En la zona central de este sistema lagunar se produjeron los precipitados químicos como el yeso y la sal común.

La apertura del Ebro hacia el mediterráneo en el Plioceno (hace unos 6 Ma) supuso un cambio muy importante en las condiciones erosivas lo que provocó la progresiva excavación y el gran vaciado de la cuenca terciaria, en el que el modelado fluvial fue adquiriendo una importancia destacada en las morfologías que actualmente pueden ser vistas.

Durante este vaciado erosivo, la gran carga de acarreos del Ebro se fue depositando de forma “ordenada” en varios niveles o terrazas, relacionados con sucesivos pulsos climáticos propiciados por las glaciaciones del Cuaternario (desde 2,6 Ma). Cada nivel de terraza se encaja sobre el anterior, de forma que las terrazas más antiguas quedan a mayor cota sobre el cauce. Actualmente se identifican hasta seis niveles por encima de la terraza actual (que es la llanura de inundación). Las más antiguas, formadas durante el Plioceno (5 a 2,5 Ma) y el Pleistoceno (2,5 Ma a 10.000 años) quedan a modo de retazos desconectados a gran altura sobre el río, hasta unos 200 m en algunos casos. Ejemplo de ello es la antigua terraza situada sobre el escarpe de Valtierra, colgada a más de 100 m por encima del cauce actual, visto en la parada anterior.

Durante todo el Cuaternario (2,5 Ma), y hasta la actualidad, el Ebro ha cambiado continuamente su trayectoria. La combinación de los procesos de encajamiento de las terrazas fluviales y el desplazamiento hacia el norte del cauce del Ebro, ha ido labrando un gran escarpe sobre los yesos de la margen izquierda que constituye un elemento característico del paisaje de la ribera. En Valtierra, las paredes verticales de este escarpe fueron aprovechadas por sus habitantes para excavar viviendas trogloditas desde antiguo. Actualmente, algunas de esas casas-cueva han sido rehabilitadas como originales alojamientos rurales con encanto

Alojamientos trogloditas con encanto de Valtierra.

Durante este periodo Cuaternario, la actividad más notable, y aun visible, es la divagación del cauce del Ebro, modificando su trazado y dejando meandros abandonados, muchas veces de forma brusca como consecuencia de grandes avenidas. Su historia ha quedado reflejada a modo de cicatrices en la parcelación agrícola, que se ha ido adaptando a estos cambios recientes, y permite rastrear aun hoy en día algunos de estos efectos.

La estructura de la parcelación agrícola de Castejón y Valtierra. Los antiguos meandros del Ebro aún se reflejan en la parcelación agrícola.

No obstante, en la actualidad, la dinámica del río está muy reducida, sobre todo desde la década de los años sesenta del siglo pasado, por la regulación del río (embalses) y la construcción de motas y defensas. En la figura siguiente se muestra la modificación que esto ha dado lugar entre Valtierra y Castejón. En la imagen de 1956 (izda.), el Ebro muestra unas riberas con amplias playas de gravas y una zona sin vegetación más o menos extensa, consecuencia todo ello de una intensa dinámica fluvial. En la imagen reciente de 2014 (dcha.) se observa la consolidación de la vegetación arbórea en las riberas, debido a una menor dinámica fluvial. Se aprecia además la pérdida de naturalidad en la curvatura de los meandros, debido a la construcción de defensas y estrechamiento del cauce.

Meandros de Giraldelli y El Aislado en Castejón y Valtierra.

Enlaces de interés:

Ayuntamiento de Valtierra: http://www.valtierra.es/

Complejo Troglodita de Valtierra y turismo en las Bardenas: http://www.lasbardenas.com/es/

Sociedad Geológica de España – Geolodía: http://www.sociedadgeologica.es/divulgacion_geolodia.html

Fuentes:

Alfredo Ollero (2017): Hidrogeomorfología y geodiversidad: el patrimonio fluvial. Ed. Centro de Documentación del Agua y el Medio ambiente (CDAMAZ). Zaragoza

Gobierno de Navarra (2003): Cartografía Geológico de Navarra, e: 1:25.000. Hoja 244-IV ARGUEDAS

Gobierno de Navarra (2017): Estado y Planes de Acción para los elementos clave. Bases técnicas para el Plan de Gestión del Lugar (ES2200040 “Río Ebro”).

Instituto Geológico y Minero de España (1977): Mapa geológico de España e 1:50.000. Hoja 244 Alfaro.

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